lunes, 19 de mayo de 2008

Hablando con la Pared

-Hola! Soy Martín, vos?
-Luciana.
-Que haces lu? hace mucho que esperas para entrar?
-No, un ratito.
-Uh que bueno! Se complica muchas veces con los horarios viste? yo ya tengo el colectivo calculadisimo y me lo tomo al horario justo. Llego acá y en dos minutos ya estoy entrando.
-ah
-Bueno, y te está gustando la materia? Dentro de todo los textos están buenos. Aunque el último que dieron fue medio plomo.
-Si, tarde mucho en leerlo
-Era re pesado el texto, aparte cuando empezaba a desarrollar (...) uno se re aburria porque no lo captas al toque. Sos de acá de mardel?
-Si
-ah, yo no. vengo de Tres Arroyos y la verdad que las primeras semanas me sentía perdido.
-Y, es una ciudad grande. Hay mucha gente.
-Si TANTA QUE PARECE QUE NO HAY NADIE

Franco Morales.-

1 comentario:

María Julia dijo...

Tranquilo, buen amigo, que esos son los mejores momentos.
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La verdad yo soy una persona que no se preocupa mucho por esas cosas. Si bien algunas veces exploto por tonteras, me encanta conversar -aunque sea con la pared- y siempre pienso que es mejor conversar con la pared que con nadie. Además esas personas que no prestan atención se pierden lo que el mundo tiene para ofrecerles.
¿Alguna vez viste una esponja no absorber la humedad? Bueno, yo creo que las personas que no escuchan a la gente son como esponjas que no absorben: una contradicción. Aún así es lo bueno de la diversidad del mundo.
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Espero que estés bien. Besos.-