lunes, 13 de septiembre de 2010

Hilo Ficticio que me unifica

Momentos. Estados sucesivos. Estoy contento, estoy furioso, estoy indiferente. Ahora estudio, después juego, luego cierro los ojos y sueño. ¿Cuál de todos estos momentos me define? Cuando digo YO ¿a qué aludo como YO en ese sinfín de sucesos que atraviesan mi persona?
Estoy cambiando, son en lo que no soy, porque dejo de ser lo que soy a cada instante. El YO es una ilusión que construyo con mi mente, o que aprendo a construir a través de la experiencia. Cuando digo YO siempre me esta pasando algo o estoy haciendo algo. Eso soy, un suceso. Fuera de los sucesos no hay YO. No hay un YO previo, anterior, dado, sobre el que impacten los sucesos, los sentimientos, las acciones, las impresiones

Por mi parte, cuando penetro más íntimamente en lo que llamo mi propia persona, tropiezo siempre con alguna percepción particular de calor y frío, luz y sombra, amor y odio, pena y placer. No puedo jamás sorprenderme a mi mismo en algún momento sin percepción alguna, y jamás puedo observar más que percepciones. Cuando mis percepciones se suprimen por algún tiempo, como en el sueño profundo, no me doy cuenta de mi mismo y puede decirse que no existo

Lo que sí existe es mi espíritu. El espíritu es una especie de teatro donde varias percepciones aparecen sucesivamente, pasan, vuelven a pasar, se deslizan y se mezclan en una infinita variedad de posturas y situaciones. Propiamente hablando, no existe la simplicidad en ellas en un momento ni identidad en diferentes, aunque podamos sentir la tendencia natural a imaginarnos esta simplicidad e identidad. La comparación con el teatro no debe engañarnos. Sólo las percepciones sucesivas constituyen el espíritu y no poseemos la noción más remota del lugar donde estas escenas se representan o de los materiales de que están compuestas
Franco Morales.-

Pd: Gracias a María Pia Tobías por la imagen regalada

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