¿Que es el autoritarismo?
Por un lado tenemos, basicamente una conducta de relacion entre dos individuos de poderes distintos, en los cuales, el de mayor poder busca desde su posición dominar al otro. Osea, el otro lo obedece de manera directa. Éste es un tipo de autoritarismo bruto, por así decirlo.
Otra forma de obediencia puedo promoverla de manera menos bruta. Hacer que la gente haga lo que el de mayor poder quiere sin que se de cuenta, de manera que se establece una relación de manipulación. Por ejemplo, la gran cantidad de agresión que vemos en la radio o la Tv. A ella nos vamos a referir genéricamente cuando hablemos de autoritarismo
¿Por qué hago esta introducción? ¿En que modifica nuestra existencia el saber qué es autoritario y qué no lo es? Justamente esta idea de ver el autoritarismo fuera de nosotros es la que quiero desenmascarar. Si bien existe autoritarismos en régimenes políticos, en instituciones penales y judiciales, lo que quiero hacerles ver es que el autoritarismo no esta fuera nuestro. Invito a pensar que la conducta autoritaria, esto es el dominar al otro mediante relación de fuerza y poder, no está fuera nuestro sino que cruza toda la sociedad. En las familias, instituciones, universidades, grupos de amigos, y en casi cualquier agrupamiento social. Con sólo ver el funcionamiento de una escuela o una fábrica.
Resuenan frases como:
"No sé que hacer con mi jefe... No sé que hacer!"
"Que trabado estoy con mi padre. No escucha"
El autoritarismo esta cruzando toda nuestra sociedad. Es algo de lo que somos todavía y de lo que debemos salir. Sería burdo y escapista poner la nota de autoritarismo sólo en algunas personas, tanto del pasado como del presente.
Primero debemos verlo en NOSOTROS :
Aquí surge un gran conflicto. Ya viendo que en nosotros podemos encontrar rasgos de autoritarismo, debemos preguntarnos entonces, para realizar una buena labor en nuestros ámbitos, Como diferenciar entre AUTORITARISMO y AUTORIDAD. Porque autoridades vamos a encontrar en toda organización social, y está bien que así sea, ya que se necesita de alguien que sea eje y coordine la tarea del grupo, alguien que cumpla ese rol, que baje linea, que sea responsable de la actividad.
En la actualidad este rol de autoridad se está perdiendo. No hay personas que sea hagan realmente responsables de sus roles; y así devenimos también en rebeldías absurdas, tan absurdas como los autoritarismos a los que se oponen. Y entramos en un rollo del que cuesta mucho salir.
Entonces, volviendo a la pregunta ¿Cómo diferenciamos del ejercicio genuino de la autoridad que se hace cargo de mandar, del ejercicio del autoritarismo de dominación por la dominación en sí?
Hay personas que presuponen que el ejercicio de la autoridad consiste en aplicar cierta agresividad o violencia sobre sus subordinados. Nada más lejos de la realidad. El respeto de los subordinados por el superior se mantendrá durante cierto tiempo, pero finalizará de forma desastrosa. No hay sueldo, por muy alto que sea, que pueda pagar a un trabajador con miedo, intranquilo o sometido. No existen trabajos dignos; son las personas las que dignifican los trabajos. Y está comprobado que aquellas empresas que triunfan en el mercado de forma duradera son aquellas cuyo pilar central es la persona.
La autoridad, en sí, es buena y deseable, necesaria. En cualquier empresa humana, no todos tienen las mismas responsabilidades. Por ello, es legítimo que la persona con más responsabilidad tenga la última palabra en la toma de decisiones. Al fin y al cabo, a la hora de pedir y de dar explicaciones ante cualquier dificultad, no todos tendrán el mismo peso y valor. Lo mismo sucede dentro de la familia. En el seno familiar no tiene sentido una democracia donde cada opinión pese lo mismo, pues al padre, adulto, se le suponen unos conocimientos y una experiencia que no tiene su hijo. Fernando Savater lo explica muy gráficamente al afirmar que «el padre que no quiere figurar sino como el mejor amigo de sus hijos, algo parecido a un arrugado compañero de juegos, sirve para poco; y la madre cuya única vanidad profesional es que la tomen por hermana ligeramente mayor que su hija, tampoco sirve para mucho más».
Todo esto no significa que en cualquier institución social, bien sea una empresa o una familia, el diálogo y la comunicación no sean fundamentales.
Por último quería hablarles de LA forma de ejercer autoridad, una más acorde con la dignidad del hombre. Es la autoridad moral que poseen aquellas personas en las que se confía y a las que se respeta porque se cree en ellas y en la tarea que están llevando a cabo. No es una fe ni una servidumbre ciegas, ni consecuencia del arrastre de un gran carisma personal, sino una reacción consciente y libre que esas personas producen en los demás gracias a su honestidad, su valía y su actitud hacia los demás.
Todos hemos conocido personas que han despertado en nosotros esos sentimientos de adhesión. Quizá esa persona nos sorprendió depositando una mayor confianza en nosotros, nos trató de forma distinta, nos alentó en momentos difíciles, o nos ofreció su ayuda cuando no lo esperábamos. El caso es que generó en nosotros una consideración especial hacia él: una actitud de respeto, de lealtad, de compromiso, de receptividad.
Se trata de algo que también puede producirse ante un personaje que nos presenten los medios de comunicación, o ante figuras que descubrimos en la historia, o ante escritores o artistas de otra época, por ejemplo. Pueden despertar en nosotros una corriente de extraordinaria simpatía o, por el contrario, de profundo rechazo. Estudiar esas figuras, y analizar los rasgos que producen esos efectos, será siempre una fuente de ideas interesantes para todo aquel que desee ganar en autoridad moral.
Todos hemos conocido personas que han despertado en nosotros esos sentimientos de adhesión. Quizá esa persona nos sorprendió depositando una mayor confianza en nosotros, nos trató de forma distinta, nos alentó en momentos difíciles, o nos ofreció su ayuda cuando no lo esperábamos. El caso es que generó en nosotros una consideración especial hacia él: una actitud de respeto, de lealtad, de compromiso, de receptividad.
Se trata de algo que también puede producirse ante un personaje que nos presenten los medios de comunicación, o ante figuras que descubrimos en la historia, o ante escritores o artistas de otra época, por ejemplo. Pueden despertar en nosotros una corriente de extraordinaria simpatía o, por el contrario, de profundo rechazo. Estudiar esas figuras, y analizar los rasgos que producen esos efectos, será siempre una fuente de ideas interesantes para todo aquel que desee ganar en autoridad moral.
No olvidemos la frase de San Luis Orione:
"Sólo la caridad Salvará al Mundo"
"Sólo la caridad Salvará al Mundo"
Franco Morales .-
2 comentarios:
Me encanto :)
Rescato una frase que me hizo sentir muy reconocido: "Me quejo pero sigo en el mismo lugar".
P.D: Solo te comento porque nadie lo hace y porque antes que leer Moggia cualquier cosa es superinteresantisima (:
me encanto esa frace ¨solo la caridad salvara al mundo¨ pero por esperar a tanto.. si podemos nosotros hacer lago.. creo q nadie opinaria lo mismo..
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