martes, 29 de abril de 2008

¿Qué quiere el Hombre?

Uno nace y quiere ser feliz. Pero ¿en qué consiste ser feliz?
El religioso es feliz cuando reza y siente un contacto con lo trascendente. El ateo es feliz en su piel, en su cuerpo, en el cumplimiento de sus instintos. Yo era feliz, en mi soledad sonora de pensar, estudiar, escuchar a Bach.
Ser feliz es cumplir con un designio. Ese designio se vuelve propio, pero en un principio es ajeno, es de los otros, de la tradición, de la trama del tiempo en que vivimos y de la educación que recibimos. Miguel Ángel no significa nada para quien no se haya formado en los valores estéticos de Occidente, y la pintura china no nos emociona demasiado cuando la enfrentamos.
Por otro lado, están el sufrimiento, el dolor injustificado, los accidentes de la existencia, los seres queridos que se van y no vuelven. La muerte acecha como el ocaso del sol.
Caminar es enfrentar retos y superar escollos. Vivir es autodefinirse constantemente. Hasta el fin, es decir, hasta que sé del fin.
Pensar es vivir. Vivir auténticamente, con conciencia de lo que yo quiero y de lo que otros quieren que yo quiera. Pensar es detener la parafernalia en la que estamos insertos, retirarnos un poquito, contemplar, formular preguntas e intentar hallar respuestas.
Pensar es una manera de colocarse frente al mundo, al otro, a las cosas; es una postura. Y también, un ejercicio, una practica, un aerobismo del alma. Pensando es como tomamos nota de nuestra circunstancia actual y de nuestra circunstancia pasada, y de nuestro origen, y del origen de tantas ideas, imágenes y sentimientos.
Se necesita del pensamiento humano para saber por qué vivimos, por qué morimos, para que estamos, y por qué se sufre, inútilmente, injustamente, y cómo consolarnos de tanta perdida intermitente. Algo que nos contenga, que nos consuele, que nos explique.
Esto es el hombre. Un ser que pregunta, que se pregunta, y que nunca dejará de preguntarse por mas respuestas que reciba.
* Extraído del libro póstumo, “Reflexiones filosóficas; Los múltiples caminos hacia la verdad” (Editorial El Ateneo)

El Tiempo

Que imposible se nos hace comprender esto del TIEMPO... Por un lado, tenemos muy en claro que cuando hablamos de tiempo nos referimos a la realidad de que cada 60 segundos tenemos 1 minuto y cada 60 minutos tenemos una hora... pero después escuchamos a los fisicos que nos dicen que en realidad el timpo no existe, y que si existe es relativo... Por otro lado, San Agustín nos dice que el tiempo no existe. porque el pasado ya se fue, el futuro todavía no vino, y el presente se diluye sin que nos demos cuenta
Pero del tiempo que quiero hablar es del que todos tomamos COMO REAL. A pesar de que no queremos, cuando disfrutamos de un momento, el tiempo se nos vuela, se esfuma como si 1 hora fueran 10 minutos... Sin embargo, cuando estamos en una maldita sala de espera, 10 minutos se nos pasan como 1 hora... muchas veces me pregunte PORQUE. respuestas certeras no encontre todavía, pero me gustaría tener a alguien para echarle la culpa...
Otro gran problema del tiempo es que es muy dificil de organizarlo... Muchas veces tendemos a decir (a medida que nos vamos entrando en años) que antes uno tenía más tiempo libre. Pero si hacemos un buen examen de conciencia sobre este aspecto nos damos cuenta que en realidad, nunca dispusimos en realidad de ese tiempo libre, sino que antes nuestra organización del tiempo era mucho más rudimentaria. Y a medida que vamos armandonos mejor en nuestro tiempo, la realidad de nuestras vidas nos va sumando compromisos, tiempos, responsabilidades y esta organización en vez de hacernos tener más tiempo libre nos prepara para afrontar todas estas nuevas realidades...
SEAN FELICES

Franco Morales.-

Cuidado con los dogmáticos

El Discípulo (de Rudyard Kipling):
"Aquel que tiene un evangelio
que predicar a la humanidad
aunque lo sirva plenamente
con el cuerpo, el alma y la inteligencia,
aunque por él
todos los días vaya al calvario,
tendrá un discípulo
que hará vana su lavor"
Nunca dejes de ir a las fuentes. Jesús, habló en parábolas para que la gente piense; no hay manera de hacer fomulas de sus decires. Hay que interpretar e interpretar y comprometerse. Eso es como ir a la compleja y espinosa rosa pero de fragancia auténtica. Lo que viene después de las fuentes, ya es embotellamiento del perfume, etiquetamiento, coerción de los pequeños que no saben qué hacer y como contener el mensaje de los grandes, que a ellos mismos los desborda.
Prefiero el misterio de los grandes, a la envasada claridad de los pequeños, de los discúpulos, de los acotadores y comentaristas.
El maestro da Libertad, Inspiración, Alas, Infinito. El enano del discípulo da instrucciones, paquetes de felicidad.
Si sigues al maestro, Nunca cesara tu inquietud. Si te atienes a la baratura del discípulo, dormirás tranquilo.
ELIGE


-->